Sergio Sánchez Plaza

Juan Diego Vázquez Parra

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domingo, 4 de noviembre de 2012

El Cancho Postigo (o Peña Sirio) Espolón Oeste

El Cancho Postigo (o Peña Sirio) 

Espolón Oeste

Aprovechando uno de los pocos días que esta humilde cordada puede realizar las clásicas mas clasiqueras de la comunidad de Madrid, decidimos darle un buen tiento a una antigua y repetida ruta, a una de las más emblemáticas cimas de La Pedriza, la Peña Sirio.



La cima de este risco, tan bien visible desde la superación del collado de Quebrantaherraduras, fue hollada por primera vez por los hermanos Kindelán, incipientes pedriceros que le dieron al cancho el popular nombre de Peña Sirio, llamándose anteriormente a este hecho el Cancho Postigo.

Croquis por cortesía de: ``La cabra, siempre tira pa´l monte´´
Desde aquella hasta esta se han abierto multitud de itinerarios para acceder a esta cumbre, pero nosotros probamos con uno pionero: el Espolón Oeste. Teníamos pensado ir a Tres Coronas para reunirnos con unos amigos, pero al ver la inmensa mole de Peña Sirio, y al contar con todo el día para cambiar de risco, nos decantamos por la clásica.





En Canto Cochino, lo habitual un día festivo: Parkings a reventar y multitud de gente con diferentes motivaciones por la montaña. Nosotros a lo nuestro: llenar la bota de vino y tranquilamente hacia el pie del espolón. Nos saluda la fauna mientras subimos por una senda hitada. Se agradece al hitador que la haya hitado.



Ya preparados a pie de via, unos chavales que se encuentran haciendo la Felix-Barroeta nos dan alguna indicación, ya que no conocemos la vía ni el risco. Juan se pone primero de cordada, pero sólo para superar un resalte de acceso al espolón, ya que el siguiente largo, con algún paso finito de travesía en adherencia antes de llegar al muro ensetado, se lo da Sergio de primero.



Ya estando en el espolón propiamente dicho, disfrutamos de esta fácil pero expuesta escalada mientras frías rachas del Norte nos recuerdan que llega el Invierno. Las nubes sobre la cuerda larga también amenazan con un cambio de tiempo.




Cuanto más subimos, más chapas y químicos de otras vías nos encontramos, eso sí, sin salir del centro del espolón, lazando alguna seta que milagrosamente sigue lazada cuando el segundo la recupera. El último largo, un murito con canalizos, nos deja en la cima, de la que rapelamos voladamente para evitar más viento molesto sobre nuestros ropajes.



Bajo la cima, un pequeño edén pedricero en el que nos tomamos un respiro tras la escalada. Posteriormente, descenso por la zona norte de Peña Sirio, y almuerzo en un vivac ¡¡por el que pasa un río!!
Entonces, ya estaban cayendo gotitas, mientras que también caían nuestras esperanzas por seguir escalando. Pues al coche, mientras el agua hacía honor a lo aleatorio del tiempo en estas fechas.




Cervezas en el Tranco, y gran escalada en un día de tiempo raro en la Pedriza, que te puede dar bonitas estampas, que sin duda, se nos quedarán grabadas en nuestras retinas para siempre.